La verdad es que tiene razón, estoy bastante perturbado y hecho un lío y tengo miedo, mucho miedo[...] pero creo, creo que usted es el jodido Anticristo
domingo, 25 de marzo de 2012
Confucio: "el gobierno opresor es más terrible que los tigres"
martes, 20 de marzo de 2012
¿Sexismo en el lenguaje o en las mentes?
La investigadora en Traducción y Ciencias de la Comunicación Olga Castro publicó un artículo en el que explicaba por qué hacía falta un lenguaje distinto al actual, en el que las mujeres pudieran tener visibilidad y no tuvieran que sentirse discriminadas. Uno de sus argumentos era que la especie humana piensa con palabras y categorías gramaticales y, por lo tanto, mediante el lenguaje crea una representación cognitiva de la realidad. Así, si se dice "los trabajadores" se excluye a las mujeres de la realidad que representa el concepto y se refiere exclusivamente a los trabajadores hombres. Sin embargo, la realidad existente se entiende a través de la mente gracias a mecanismos de relación acordados socialmente, por lo que si un niño aprende desde pequeño que si tiene amigos y amigas, al decirlo en plural puede decir directamente amigos y estar incluyendo de este modo a todas las personas con las que mantiene amistad, no hay discriminación alguna.
Otro de los argumentos de Olga Castro era que para alcanzar una sociedad igualitaria era necesaria la contribución del lenguaje. Pero la evolución de la mujer en la sociedad española ha sufrido grandes cambios en los últimos 60 años y el lenguaje no ha sido la causa. Las posibilidades de trabajo, de educación, de decisión y opinión para las mujeres han dado un giro para mejor gracias a la mente de una sociedad que ha progresado y a la legislación que se ha creado por esta misma razón. Aún queda bastante camino por recorrer, eso es cierto, pero el lenguaje no será el que determine los avances en este aspecto, como no lo ha sido en ningún momento a lo largo de la historia española.
Se suele utilizar la palabra "hombre" para referirse tanto a una persona de sexo masculino como para hablar de la especie humana. Muchos consideran que esto es síntoma de que el lenguaje utilizado mayoritariamente es sexista. El problema es que el sexismo no se esconde tras ciertas palabras, sino tras algunas expresiones. Al decir "todos los alumnos del colegio hicieron huelga" se entiende, por consenso social en torno al lenguaje y porque la gramática así lo dispone, que se refiere tanto a alumnos como a alumnas y, por lo tanto, no se puede considerar lenguaje sexista. Pero en la frase "vendrán los directivos con sus mujeres" no hay razones objetivas para que los directivos vengan con sus mujeres, ya que algunos directivos pueden ser también mujeres y, en ese caso, cabe la posibilidad de que fueran acompañadas por sus maridos. En esta expresión sí se aprecian tintes sexistas, pero no por una palabra en sí ni por ningún concepto concreto, sino por la actitud machista que se esconde detrás.
Cambiar el género de ciertos sustantivos o acompañarlos de adjetivos y determinantes masculinos y femeninos con la intención de que la mujer tenga mayor visibilidad en el lenguaje no es la solución para seguir caminando hacia una sociedad más igualitaria, en la que no existan diferencias entre hombres y mujeres. El sexismo está en la mente de muchos que no consideran a las mujeres al mismo nivel que a los hombres, pero decir "compañeros y compañeras" no va a hacer que éstas sean vistas de otro modo por aquéllos que las infravaloran. El lenguaje es una forma de comunicación que responde a acuerdos sociales plasmados en la gramática. Sería mejor preocuparse por avanzar en vez de querer cambiar normas asentadas en la sociedad que por sí solas no discriminan a nadie.
martes, 13 de marzo de 2012
Bolonia sin crédito
martes, 6 de marzo de 2012
Volando sobre la Tierra por la noche
miércoles, 22 de febrero de 2012
La cultura sigue buscando su hueco en Internet
Desde la caída del cyberlocker de Kim Dotcom, las formas alternativas de consumo de cine y música a través de la red han experimentado un aumento en su clientela. Hace más de una década que la cultura se transmite a través de Internet, y desde entonces no han conseguido separarse. Los usuarios siempre han sabido encontrar lo que buscaban. Ya desde 1999 Napster permitía compartir archivos mp3 entre usuarios, y cuando éste fue demandado, Audiogalaxy y otros retomaron el camino del P2P hasta llegar en 2003 al conocido asno de intercambio de archivos: E-Mule. BitTorrent fue otro de los grandes en ese ámbito, pero el streaming abrió un nuevo horizonte a los internautas ávidos de cultura: consumir sin descargar, directamente desde la nube.
Recompensas
Una de las razones por las que Megaupload se consideraba ilegal eran las recompensas a los usuarios que subían los contenidos más populares. Precisamente esas recompensas que otras aplicaciones similares como Fileserve, VideoBB y Videozer han eliminado desde que el FBI cerró Megaupload el pasado 19 de enero. Los llamados uploaders conseguían ciertas cantidades de dinero por dar de alta los contenidos en plataformas como Megaupload o Megavideo.
Y mientras unos servicios se disponen a modificar sus prácticas habituales para asegurar su permanencia en la red, otros como Rapidshare presumen de no haber incurrido nunca en ese tipo de acciones: las recompensas no formaban parte de la política de esta web, lo que les ha permitido mantenerse íntegros.
Nuevos horizontes
Leyes antipiratería
SOPA, PIPA, Sinde y ACTA son algunas de las siglas que más temen los internautas. Leyes denominadas “antipiratería”, que pretenden acabar con la posibilidad de lucrarse del trabajo de otros a través de Internet. Pero también prohíben la posibilidad de compartir contenidos libremente, lo que supone la vulneración de derechos fundamentales. El problema llega hasta el punto de que el texto de la ley ACTA considera infracción la mera publicación en redes sociales de enlaces a contenidos con copyright. En el caso de que ésta se aprobase finalmente, la información dejaría de ser pública para convertirse en privada. Pero antes de su firma definitiva estas leyes tendrán que superar más de un obstáculo, como el recurso de la Asociación de Internautas (AI) contra la ley Sinde-Wert admitido a trámite por el Tribunal Supremo. Víctor Domingo, presidente de la AI, considera que “el reglamento arrebata a la Justicia su potestad para dilucidar asuntos que pueden afectar a derechos fundamentales como la libertad de expresión y la de información, para entregárselos a una comisión administrativa”.
Pese a estas leyes y otras anteriores, que siempre han tenido un fundamento de protección a los creadores, independientemente de que su texto fuera más o menos permisivo con los consumidores a través de la red, las visitas a los distintos servicios de consumo de cine y música online nunca han dado tregua. Pocos meses antes de su cierre, Napster contaba con 13,6 millones de usuarios. Audiogalaxy heredó gran parte de esa clientela, que luego pasó a ser la del protocolo Gnutella. Debido a que los servidores centralizados hacían más difícil la permanencia de estas aplicaciones, comenzaron a ganar popularidad las redes como Kazaa y Ares, que evolucionaron hacia el eDonkey2000, el eMule y el veloz BitTorrent.
Megaupload llegó a suponer el 4% del tráfico de Internet, contaba con 150 millones de usuarios registrados y un tercio de los mismos utilizaba el servicio diariamente. El 19 de enero de 2012 el FBI cierra esta web, situada entre las 72 más visitadas del mundo. Al día siguiente, los usuarios habituales ya empiezan a notar la ausencia de Megaupload y deciden seguir consumiendo cultura a través de otras vías online, en este caso redes de intercambio peer to peer, como demuestran las estadísticas de Inoque, empresa que controla los paquetes que circulan por Internet. Según las cifras, BitTorrent y eDonkey son los relevos elegidos por los usuarios para acceder a contenidos culturales. Entre 2011 y 2012 los registros nuevos en aplicaciones P2P han aumentado en casi 200.000. El streaming sigue vivo en parte gracias a los videoclubs online que poco a poco van abriéndose paso tanto en EEUU como en Europa, y en concreto, en España, donde aún es pronto para aportar datos sobre su consumo y ofrecer una valoración de los mismos.
Acudir al cine a ver una película siempre va a ser una experiencia distinta a disfrutar del mismo producto en una pantalla doméstica, ya sea un ordenador, una televisión convencional o un SmartTv. Si el precio de las salas de cine se viera reducido quizá aumentaría la taquilla, pero el consumo y el intercambio de cultura a través de Internet no desaparecería, porque este tipo de práctica ya se ha afianzado en la vida de millones de usuarios. Instalar un software en su ordenador, buscar, por pocos que sean, los enlaces de descarga directa adecuados, pagar una tarifa plana para ver en streaming un número ilimitado de películas al año o abonar una pequeña cantidad por una canción son sólo algunos de los trámites que los internautas van a llevar a cabo para conseguir su objetivo: consumir cultura a través de todas las vías existentes a su alcance.
lunes, 13 de febrero de 2012
"la ciencia ha hecho inevitable que todos vivan o que todos mueran"
martes, 10 de enero de 2012
Reflexión sobre la felicidad
"Recordando cierta discusión en un autobús en que intervino el administrador de este blog y teniendo en cuenta que estoy manteniendo ahora un debate muy intenso con un compañero filósofo acerca de lo mismo, me he decidido a hablar de lo más cercano y a la vez lo más difícil de todo lo que se puede tratar: la felicidad.