El neocórtex, esa palabra que tanto le gusta a Eduardo Punset, se estima que nos acompaña desde hace alrededor de un millón de años. A lo largo de sus cuatro zonas (frontal, parietal, temporal y occipital) se desarrollan entre otras, habilidades como la reflexión o la percepción espacial, que nos diferencian de muchos (no de todos) animales.
Por otro lado, no desde hace más de 50 años, nos acompaña otro amigo que también destaca por ser una de las últimas y más valiosas adquisiciones del hombre, Internet. Fue desarrollado por la agencia de investigaciones avanzadas de defensa americano (DARPA) bajo el nombre de ARPANET en 1969.
Desconozco si los padres de Internet se inspiraron en la neurología humana, pero lo que se puede asegurar es que mantienen un interesante parecido en su filosofía de funcionamiento. Poseen una estructura jerarquizada a lo largo de varias capas. El neocórtex se divide en 6 capas, mientras que Internet según el protocolo, OSI o TCP/IP, entre 7 y 4 respectivamente.
Las 6 capas del Neocórtex
En ambas arquitecturas cada capa se encarga de realizar una función diferente. Desde la capa inferior, el material en bruto que se recibe, tanto nuestro cerebro como en un router o un ordenador, no deja de ser una continuación de impulsos eléctricos. A medida que vamos subiendo la información va siendo interpretada por cada una de las capas, realizando cada cual su cometido y transmitiendo el mensaje a la capa siguiente, de forma que una vez arriba del todo obtendremos, bien sea un bonito paisaje con sus sonidos y sus frescos olores, o esta interesante entrada en Internet que bien podría tener algún vídeo.
Correspondencia entre el modelo TCP/IP y el modelo OSI
No es raro pensar que tanto las capas del neocórtex, como las capas TCP/IP, OSI o vete tu a saber que próxima torre de protocolos se impondrá en Internet, sigan evolucionando proporcionándonos nuevas percepciones, emociones, habilidades o nuevos soportes inimaginables para seguir en contacto y comunicación constante con todos y cada uno de nosotros. Puede que incluso algún día seamos nosotros los que integremos estas capas de Internet en nuestro cerebro.
De hecho, ese será el futuro del ser humano, estoy convencido de que algun día se implantará determinada tecnología en nuestros cerebros, Nos aproximamos a ser puras máquinas
ResponderEliminarla evolucion comenzo con la primera celula viva capaz de reproducirse.ahora somos seres pluricelulares por tanto tenemos una capacidad de reproduccion que nin equis bombas atomicas lograrian hacerlo desaparecer. no nvaloremos mas lo que el hombre ha hecho que lo que puede hacer.entre las cosas mas importantes que puede de inmediato comenzar a hacer es acabar con muchas mentiras que se han venido vendiendo como verdades.Para éllo es necesario simplemente observar, reflexionar y darlo a conocer
EliminarLo que deja una puerta abierta al debate sobre la inteligencia artificial...
ResponderEliminarA mi me parece que lejos de enfocar todo este tipo de avances a la medicina para solucionar problemas neurológicos y cosas así, es de alguna forma, jugar a ser Dios. Evidentemente a todo el mundo le gustaría llevar un chip para saber 200 idiomas en 24 horas pero buff. Eso deja de lado lo bonito del aprendizaje y no creo, en mi opinión que eso nos favorezca. Un paso más para convertirnos en máquinas.
ResponderEliminarYo no sé si me implantaría un chip para saber 200 idiomas, me daría un poco de mal rollo. Pero a lo mejor se podría utilizar la tecnología para ayudar a gente que tiene problemas de enfermedades como la gente con infartos cerebrales.
ResponderEliminarDe hecho ya se utiliza la tecnología para curar la sordera. Y yo conozco personalmente un caso de una persona con un chip implantado en el nervio auditivo y que ahora mismo oye.